El verdadero lujo de nuestra era es el tiempo. Y el que no haya sabido llegar a esta conclusión por su propia experiencia difícilmente se le va a poder convencer. 

Comienzo de esta forma tan rotunda mi semanal entrada blogera ya que revisando fotos de la serie "Acotando el aire" me percato una vez más de lo divertido, inspirador y reconfortante que fue elaborar todas aquellas piezas. El tiempo no contaba por lo que su diseño y desarrollo era fluido. Solo estaban las ideas y las manos que las ejecutaban. No importaba cuantas veces hubiera que rehacer una pieza o una de sus partes siempre y cuando el objetivo se alcanzase.

Todas estas piezas emanan tiempo en su existencia y lo hacen desde una apariencia sutil y sencilla que es lo que más me gusta y reconforta por esa relación entre el más y el menos que siempre ronda mi cabeza. Tiempo para idearlas, para hacerlas y sobre todo para mirarlas y percibir su mensaje.

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